(Diario de Ibiza, 19/02/2014)

El propietario deberá restituir la construcción a su estado original y pagar 2.160 euros | Cambió las paredes de madera por otras de hormigón y piedra y el techo de uralita por uno de cemento

r. s. | ibiza. ­Un hombre ha sido condenado a seis meses de prisión y a pagar una multa de 2.160 euros por construir una terraza y forrar una caseta varadero de su propiedad en Porroig. El procesado, que tiene 66 años, no ingresará probablemente en prisión puesto que carece de antecedentes penales. La sentencia, a la que ha tenido acceso este diario, le obliga a devolver la caseta a su estado original.

La magistrada Martina Rodríguez explica que el acusado era el propietario de una caseta varadero que estaba construida con paredes de madera y techo de uralita, situada en Porroig, en una zona de dominio público marítimo. «Conocía perfectamente que las obras no podían realizarse», asegura la juez, que detalla que entre febrero y marzo de 2007 sustituyó la madera por hormigón y piedras, tanto dentro como fuera de la caseta, y cambió el techo de uralita por uno de cemento.

Además, hizo una terraza o rampa de al menos cinco metros cuadrados y un muro, también de piedra, para contener el agua del mar y evitar que entrase en la remodelada caseta.

«Construyó un habitáculo que nada tenía que ver con la construcción de madera preexistente», añade la titular del juzgado de lo Penal 2 de Ibiza. «Todo ello naturalmente sin licencia alguna, pues la misma no podía concederse», concluye.

El ahora condenado deberá cambiar las paredes de hormigón y piedras por las antiguas de madera y eliminar la terraza y la pared de contención que hizo. Para devolver la construcción a su estado original tendrá que contar con la conformidad de los servicios técnicos del Ayuntamiento de Sant Josep y de la conselleria de Medio Ambiente del Govern.

Por último, la juez explica que los agentes que denunciaron que habían observado una construcción ilegal en Porroig nunca vieron a nadie trabajar pese a que el cambio de la caseta se producía muy rápido. «Lo cual evidencia que las obras se realizaban de forma subrepticia, clandestina», concluye la magistrada en el apartado de fundamentos jurídicos.