(Diario de Ibiza, 27/10/2011)

El exconcejal de Urbanismo de Sant Josep asegura que sí se comprobó la urbanización de Cala Molí antes de su recepción oficial

J. LL. FERRER | IBIZA. ­El ex arquitecto municipal de Sant Josep, Antonio Huerta, detenido en octubre de 2008 como sospechoso de corrupción urbanística, volverá a declarar esta mañana, a partir de las diez, ante el juzgado número 3 de Ibiza, que instruye las diligencias. Junto a Huerta prestarán también declaración su hijo Antonio Huerta Chamorro y su nuera, Pilar Fernández, que en la operación policial de hace tres años fueron igualmente detenidos.

La juez Carmen Martín tiene previsto interrogar a todos ellos sobre varios aspectos de las diligencias y también sobre la forma en que se produjo la recepción de la urbanización de Cala Molí en 2000. Según un testigo, para la emisión del certificado de final de obra de dicha urbanización no se realizó comprobación alguna, que fueron sustituidas por una comida en un restaurante de Cala d´Hort.

Precisamente esta cuestión fue objeto de la declaración que anteayer prestó el exconcejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Sant Josep, José Marí Ribas, Reganes, ante la titular del juzgado. El imputado negó que la verificación de las obras se hubiera sustituido por una comida, como aseguró el testigo cuya declaración ha desencadenado estas nuevas comparecencias.

Reganes aseguró que sí se llevaron a cabo las verificaciones oportunas y que, incluso, posteriormente los técnicos municipales señalaron varias deficiencias que debían corregirse para otorgar la autorización final al promotor. Fue solo después de haberse llevado a cabo la inspección, según la versión del exconcejal, cuando los cuatro presentes –él mismo, Antonio Huerta, el empresario Alberto Torres y su encargado de obras– fueron a comer a Cala d´Hort.

Fue precisamente este encargado de obras el que también anteayer reiteró ante la juez, en calidad de testigo, sus anteriores afirmaciones según las cuales no hubo tal verificación. Asimismo había afirmado en anteriores declaraciones que Huerta aprovechó esta comida para sugerir al empresario Alberto Torres –también detenido en su día dentro de esta causa– que le proporcionara nuevos proyectos urbanísticos. El exconcejal Marí Ribas negó anteayer ante la juez haber presenciado ningún tipo de proposición de este tipo.

El caso está pendiente de que la Guardia Civil termine el informe que empezó a elaborar hacer tres años con todo el material incautado en el Ayuntamiento y en las empresas de Huerta y Alberto Torres.