(Diario de Ibiza, 15/10/2008)

Antoni Torres afirma que «lo que se ha hecho hasta ahora es el inicio de otras cosas» y cree que «habrá que tomar declaración a mucha gente». Asegura que el juicio por el caso no se celebrará antes de un año

Eivissa | Joan Lluís Ferrer. El fiscal de Urbanismo y Medio Ambiente de Eivissa, Antoni Torres, que ha impulsado las denuncias contra la trama de presunta corrupción urbanística del ex arquitecto municipal de Sant Josep, Antonio Huerta, afirmó ayer a este periódico que todo lo sucedido hasta ahora con este caso podría ser sólo «el inicio de otras cosas», y consideró muy probable que haya nuevos imputados, dado que «se tendrá que tomar declaración a mucha gente». «Se abre un abanico de posibilidades que puede dar lugar a nuevas actuaciones e intervenciones», señaló el fiscal.«Esto no termina aquí; se seguirá investigando. Esto sólo es una fase más de lo que se ha hecho», recalcó Torres, quien añadió: «Es ahora cuando uno toma conciencia de que aquí puede haber una trama organizadísima y las sospechas se dirigen ahora a empresas, arquitectos, etcétera».

El fiscal subrayó que la investigación de la documentación, cuentas corrientes y soportes informáticos incautados durante los registros de la semana pasada llevará muchos meses de trabajo, de tal modo que no ve probable la celebración del juicio para antes de un año. «Me extrañaría que se pudiera celebrar dentro de un año», afirmó cuando fue preguntado al respecto.

Además de citar a nuevos imputados y de, probablemente, encargar pruebas caligráficas y otras periciales, «hay que abrir los paquetes y mirar lo que hay, se tienen que seguir investigando las cuentas y analizar los pagos sospechosos, y todo esto, aparte de pruebas periciales en proyectos concretos».

La investigación incluirá asimismo un estudio detallado de todos los proyectos en los que intervino Antonio Huerta Briz y los miembros de su trama familiar y profesional. «Si realmente era él quien estaba interesado [o implicado en estos proyectos] habría ilegalidades por un montón de sitios y los informes que hubiera hecho, pues pasarían de ser discutibles a ser sospechosos de prevaricación de una forma absoluta».

Por otra parte, los abogados de Antonio Huerta han presentado un recurso de reforma contra el auto de ingreso en prisión dictado por el juez Pablo Mendoza. Este recurso, que deberá ser resuelto por el mismo magistrado, considera injustificada esta orden y pide su anulación. En el previsible supuesto de que sea desestimado, puede recurrirse de nuevo en apelación ante la Audiencia Provincial de Palma.

«Si el Ayuntamiento no paraliza, lo hará el juez»

Eivissa | J. LL. F. El fiscal Antoni Torres y el Grup d´Estudis de la Naturalesa (GEN) coincidieron ayer en discrepar del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sant Josep en cuanto a la necesidad de paralizar las obras relacionadas con la trama Huerta.

Torres fue categórico al señalar: «Si no las paraliza el Ayuntamiento, lo hará el juez». «Comprendo que el Consistorio tiene ante sí una situación difícil por todo lo que se le puede venir encima en cuanto a indemnizaciones, pero no puede decir: ahora sí hago, ahora no hago», añadió.

Además, el fiscal expresó sus dudas sobre la necesidad de que el Ayuntamiento tenga que indemnizar si existen condenados por un delito de esta índole.

Sobre el caso concreto de Cala Carbó, donde se ha levantado un edificio con más volumen y altura de los permitidos, afirmó: «Aquí tendremos que decidir pronto; el otro día lo estaba hablando con el juez, al menos porque hay sospechas de que una parte de aquello es ilegal».
Los ecologistas del GEN, a través de su dirigente Neus Prats, señaló que la Ley de Disciplina Urbanística «es de obligado cumplimiento y no puede aplicarse de forma arbitraria». «Si las indemnizaciones son o no millonarias en casos como Cala Carbó, ello no es un atenuante para la aplicación de la ley», afirmó.

Prats alabó la «histórica» operación contra la corrupción urbanística en Sant Josep, aunque consideró que sólo «destapará una ínfima parte de lo que se ha hecho en estos últimos veinte años en Sant Josep».